Faltaba firmar el contrato y certificar que en la nueva centuria el mejor equipo del mundo viste de azul y grana, y así se hizo, al furor desbocado de una prensa que se vanagloria con los tres goles de Cristiano Ronaldo de ayer ante un desconocido Sevilla, hoy el FC Barcelona se impuso al Santos del carismático y apagado Neymar por 0-4.
La lata la abrió Messi a los 17 minutos, sin tiempo para reponerse, en el 24 Xavi, la computadora del equipo, endosó el segundo gol. El 0-3 fue obra de Cesc, un hombre que cuenta títulos como quien cuenta ovejas, y por último y para cerrar la gesta, Messi en el 82 y de imposible regate impuso el cuarto gol al contador culé.
Esta vez ya no hubo lágrimas de Pep, el Barça se acostumbró a imponer su yugo en las grandes ocasiones, pues no sólo certificó que es el mejor equipo de España ganando la liga y el mejor de Europa imponiéndose en Londres, ahora tocaba demostrar también que el conjunto blaugrana es el mejor equipo del mundo, es en definitiva, y la secuencia de títulos en tan poco tiempo así lo acredita, arrodillémonos ante el Rey del Mundo.
Tras el recital de hoy, llego una conclusión, Neymar tiene sitio en el Real Madrid, es un gran jugador que en las grandes ocasiones se ausenta y hace las veces de espectador para contemplar al mejor equipo del mundo, aunque lo cierto, es que éste último no está guiado por un vocero que alega suertes y otros místicos poderes a las victorias barcelonistas. Seguro que Villa habrá agradecido a sus compañeros los gestos de cariño, el deporte es maravilloso en momentos así.
